El paso de Secundaria a Universidad

Desde que concebimos a nuestros hijos nos imaginamos todo un futuro para ellos, nos imaginamos que serán doctores, arquitectos, abogados.

Pero ¿qué quieren estudiar nuestros hijos?

La realidad es que muchos de nuestros hijos entre los 15 y 18 años, no tienen una clara idea de que les gustaría estudiar.  Muchos de ellos estarán pensando seguramente en estudiar lo mismo que papá o mamá pero, ¿Esto los hará felices?

Y es aquí cuando inicia la crisis existencial de “¿a qué me voy a dedicar el resto de mi vida?”

¿Qué podemos hacer como padres para ayudar a que nuestros hijos?

1. No los presiones: Recordemos primero que es una edad difícil la que están pasando, llena de conflictos y obligarlos a tomar una decisión apresurada puede llevarlos a decidir sobre una carrera que se arrepientan. Si eligen una carrera que no les gusta pueden pasar 3 cosas: la dejan después del primer año, la terminan y viven frustrados y desmotivados o la terminan y no la ejercen. En cualquiera de esos casos nadie gana.
2. Si nuestro hijo no está convencido, podemos darle la opción de darle un año para que estudie un idioma o se dedique a aprender algún instrumento. Tomemos en cuenta que esto no es perder el tiempo, si no adquirir un nuevo conocimiento. Recordemos que una decisión tardía es mejor que una mala decisión.
3. Asistir a un profesional que guíe a tus hijos en su decisión, mediante un proceso de Orientación Vocacional. Esto permitirá a tus hijos a conocer sus destrezas, intereses y focos de motivación, además de darle a conocer las ofertas académicas de las universidades, así como becas.

En el caso de AngloAmerican School, todos los estudiantes de último año tienen acceso a este proceso como beneficio que les otorga el colegio. «De esta manera logramos una orientación integral en cada uno de nuestros estudiantes, tomando en cuenta que cada uno es único y especial.» – comenta Lic. María Eugenia Robelo, Directora Académica.

Como padres queremos que nuestros hijos sean exitosos y que logren tomar una decisión consiente que les haga felices.

 

 

 

 

 

 

Adaptado de: IMPULSO